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Editorial

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En búsqueda de un desarrollo sostenible para Vaca Muerta

Para visualizar un futuro próspero en la región, es crucial considerar la opinión de los habitantes de estas tierras y asegurar una licencia social a los proyectos que impactan en las comunidades, además de cuidar el medio ambiente y establecer reglas claras que guíen la entrada de inversiones.
Darío Hernán Irigaray
Por Darío Hernán Irigaray

Por Darío Hernán Irigaray

Durante los últimos diez años, he presenciado el progreso del desarrollo de Vaca Muertay las problemáticas recurrentes que siguen sin solución.

Una y otra vez he contado las historias de cuando llegaron grandes empresas con proyectos de miles de millones de dólares, cómo se han comportado y comprometido con las comunidades cercanas.

Recuerdo cuando a principios de 2017 una firma de capitales nacionales llegó para desarrollar una importante área en cercanías de Añelo con una inversión que rondaba los 2000 millones de dólares. Esto generó la llegada masiva de trabajadores desde diferentes regiones del país.

Mientras tanto la gente de Añelo y otras localidades como Cutral Co o Plaza Huincul tenían desocupados y la “veían pasar frente a sus ojos”.

“Por que no toman unos 50 viejos de Añelo y otros 50 viejos de Cutral Có al menos, así evitan que les corten las rutas”, les dijo oportunamente Darío Díaz, intendente de Añelo, pero no lo escucharon, y las rutas fueron bloqueadas en varias ocasiones. Al tiempo entendieron que debían tomar algunas personas y se calmó el descontento.

En otra parte de la historia de Vaca Muerta, una firma internacional llegó con sus operaciones en cercanías a San Patricio del Chañar, y antes que nada, se presentó y consultó en que podían colaborar con la localidad, y al unísono recibieron el mensaje de “trabajo”.

Tuvieron un gran desafío, dado que se encontraron con gente de campo, poco instruida, y decidieron implementar una escuela de capacitación, donde al poco tiempo, varios de los egresados, comenzaron a sumarse a la fuerza laboral de Vaca Muerta, cambiandoles la vida para siempre, con ingresos económicos que en algunos casos cuadruplicaron lo que percibían.

Pero no todo es trabajo, y se puede apreciar como las grandes operadoras también se vinculan con puesteros y criadores de ganado, ayudándoles con asesoramiento, permitiendo un desarrollo de su actividad en paz y en armonía con la industria extractiva.

Desde firmas más chicas también buscan integrarse y a la vez resolver sus problemas de falta de recursos humanos, brindando capacitaciones, en rubros relacionados a la hotelería y gastronomía, soldaduras, manejo de máquinas viales, entre otros,

Con el tiempo se empezó a entender que el camino es integrarse a las comunidades y conseguir una licencia social para llevar a cabo todas las actividades.

A pesar de estos avances, persisten deficiencias notables en infraestructura básica, como acceso limitado a servicios esenciales y carencias en cuestiones como agua potable, gas, electricidad, calles pavimentadas, salud, educación y seguridad en las localidades afectadas por el desarrollo de Vaca Muerta.

Por ello todo este progreso debería tener un norte, un objetivo claro, que deje algo concreto para las generaciones futuras. Me imagino autopistas de varios carriles que mejoren el tránsito a localidades postergadas, que nos permitan llegar rápido y seguro a todos los puntos cardinales de la provincia, impulsando el desarrollo del turismo, la agricultura y la ganadería.

También el poder poner en valor la materia prima con más y mejores refinerías, para procesar por ejemplo el petróleo y gas, y todo tipo de industria para aprovechar el tren que seguramente será el transporte que permitirá bajar costos y minimizar el impacto de los miles de camiones que circulan a diario.

Es imperativo buscar un progreso económico que no agote los recursos disponibles y minimice los impactos negativos en el entorno. La equidad social es esencial, asegurando igualdad de oportunidades para todos los habitantes de la región y garantizando el acceso a servicios básicos.

Proteger el medio ambiente y reducir la huella de carbono en todos los procesos es crucial. El desarrollo sostenible exige políticas que equilibren estos aspectos, garantizando un futuro viable y saludable para las próximas generaciones.

En conclusión, para lograr un desarrollo sostenible, es esencial la adopción de políticas y prácticas que impulsen con responsabilidad un desarrollo social y económico comprometido, así como conservar el medio ambiente y gestionar adecuadamente los recursos naturales, para garantizar un futuro viable y saludable para las generaciones venideras.

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